La fiscal general de EE UU acusa a los presidentes de las diez federaciones sudamericanas de fútbol de recibir pagos ilegales
ALEJANDRO REBOSSIO Buenos Aires 28 MAY 2015 - 12:16 CEST
El escándalo de la FIFA se expande por Sudamérica. En una de las 164 páginas de la denuncia de presunta corrupción de la fiscal general de EE UU, Loretta Lynch, contra dirigentes de la Federación Internacional del Fútbol Asociado, también figura la acusación contra los jefes del deporte en diez países sudamericanos por presunto cobro de sobornos por la adjudicación de los derechos comerciales de las próximas cuatro ediciones de la Copa América.
En la denuncia de Lynch afirma que la empresa Datisa pagó 100 millones de dólares para sobornar en 2013 a los presidentes de las asociaciones nacionales de fútbol de los diez países que integran la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). Los pagos habrían acontecido en 2013: 20 millones por la firma del contrato y otros 20 millones por cada edición de la Copa América de Chile 2015 -que comienza el mes próximo-, EE UU 2016 -que se celebrará en forma extraordinaria para celebrar el centenario del trofeo-, Brasil 2019 y Ecuador 2023.
El dinero se habría repartido así. Unos 15 millones habría recibido el entonces presidente de la Conmebol, el uruguayo Eugenio Figueredo, uno de los siete arrestados este miércolesen Suiza por orden de EE UU por presuntos sobornos en las votaciones para elegir las sedes de los próximos Mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022. Una cifra igual habrían percibido el entonces líder de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el fallecido Julio Grondona, que dirigió esa entidad durante 35 años y fue vicepresidente de FIFA; y su par de la Confederación Brasileña de Fútbol (CFB), José María Marín, otro de los detenidos este miércoles. Además habrían embolsado 7,5 millones cada uno de los entonces jefes de las asociaciones del fútbol de Paraguay, Juan Ángel Napout, y de Perú, Manuel Burga; y los actuales líderes de Bolivia, Carlos Alberto Chávez; de Chile, Sergio Jadue; de Ecuador, Luis Chiriboga; de Colombia, Luis Bedoya; y de Venezuela, Rafael Esquivel, otro de los encarcelados.
Después de la noticia de los arrestos en Suiza y antes de que se conocieran las acusaciones de sobornos sobre la Copa América, el hijo del expresidente de la AFA y actual entrenador de la selección argentina sub-20, Humberto Grondona, habló con el periódicoClarín: "No me sorprende. Por lo que hablé en su momento con mi padre, sabíamos de ciertas irregularidades que se habían sucedido con las elecciones de las ciudades para el Mundial. Pero acá se está juzgando a las personas, no a una entidad. Y si esas personas hicieron cosas que no son lógicas a la larga pagan las consecuencias.
En este momento no sé los nombres de los involucrados; pero sea quien sea, si actuaste mal, fuiste. No es que mi papá falleció (en 2014) y ahora de golpe todo esto saltó solo. En su momento ya nos había sorprendido cuando en la elección de EE UU (Mundial de 1994) había cuatro votos a favor pero habían votado tres... Lo que sí tengo en claro es que la persona que hace la denuncia (ahora) o el que habló para cooperar (Chuck Blazer) es alguien que fue muy importante. Fue quien llevó el Mundial a EE UU en 1994. No la hizo alguien cualquiera. Y si las personas que están investigadas lo hicieron, tendrán que pagar sus consecuencias".
La Conmebol, que en la actualidad preside el paraguayo Napout, difundió un comunicado ante las detenciones en el que “repudia todo acto de corrupción y apoya irrestrictamente las investigaciones iniciadas respecto de supuestos actos irregulares, comprometiéndose en colaborar abierta y enfáticamente”. Napout no habló sobre la Copa América.
Quien respondió a las acusaciones de sobornos fue el presidente de la Federación de Fútbol de Chile. Jadue dijo que el dinero de la empresa Datisa fue transferido a la cuenta de la entidad que él dirige. “Por mi parte estoy tranquilo, está el comprobante de depósito”, declaró el dirigente.
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